1. MODELO DE RACIONALIDAD LIMITADA
Este Modelo que algunos autores llaman también el Modelo Satisfactor, considera al que toma las decisiones como una persona administrativa, que tiene una capacidad limitada para procesar información, que aunque desearía tomar la mejor decisión, no siempre lo hace así, principalmente por dos razones: por una falta de supervisión posterior y porque prefiere la satisfacción.
Esta idea fue propuesta inicialmente por Herbert A. Simon, hace más de 40 años, lo que dio origen a la teoría de decisión que él denominó “racionalidad limitada”. Él definió la racionalidad limitada como el término que describe el proceso de decisión de un individuo considerando limitaciones cognoscitivas tanto de conocimiento como de capacidad computacional. Este concepto involucra a la sicología y a la economía.
A pesar de que Simon investigó sobre esta idea desde la década de los 50’s, sólo en la década de los 80’s, se divulgó ampliamente dando origen a variedad de debates. De ahí en adelante han sido publicados gran cantidad de artículos y libros, ampliando e interpretando el concepto de la racionalidad limitada. En realidad, el concepto de Simon es solo uno de los diferentes enfoques que, como resultado de ese debate, han sido generados. Sin embargo, sus ideas son las más analizadas, aceptadas y también fuertemente debatidas. En realidad, podemos incluir como modelos de racionalidad limitada a todos aquellos que sustituyen una o varias de las hipótesis ortodoxas acerca del comportamiento racional, por explicaciones de la conducta individual que pretenden ser más realistas.
Según Simon, “las personas no somos consciente y deliberadamente irracionales, aunque algunas veces si lo somos, pero no poseemos ni los conocimientos ni el poder de cálculo que permita alcanzar un nivel muy alto de adaptación óptima”, por lo tanto, no existe la “perfecta racionalidad” implicada en la teoría económica clásica. Ante esa imposibilidad, su propuesta es encontrar soluciones satisfactorias, más que óptimas.
1.1 ¿QUIÉN ES HERBERT SIMON?
Herbert Simon nació en
Milwakee en Estados Unidos en 1916 y es de ascendencia germano-checa. Fue educado en ciencias políticas en la Universidad de Chicago (B. A. 1936, Ph. D.,1943), aunque tiene también formación multidisciplinaria en lógica, estadística, física matemática y econometría. Él trabaja como docente en Illinois Institute of Technology desde 1942 y en Carnegie Mellon University desde 1949, donde tiene el título de “The Richard King Mellon University Professor of Computer Science and Psychology”. En 1978 recibió el premio Nobel en ciencias económicas por sus contribuciones al proceso de decisiones dentro de organizaciones económicas, aplicables a los sistemas y técnicas de planeación, presupuestos y control de la administración privada y pública.
En 1986 recibió la Medalla Nacional de la Ciencia en Estados Unidos; en 1988 recibió el Premio de la Asociación Americana de Sicología y en 1988 el Premio John von Neuman en Teoría ORSA, entre otros.
Ha trabajado en áreas de investigación tales como: ciencia computacional, teoría de la racionalidad limitada, modelos de comportamiento, sicología, administración y economía experimental. Uno de sus intereses principales ha sido el uso de los computadores como herramienta para simular el pensamiento humano y mejorarlo mediante la llamada “inteligencia artificial”. En 1955, junto con Newel y Cliff Sahw, inventó los “lenguajes de procesamiento de listas”, los cuales representan soluciones no numéricas por búsqueda selectiva. Simon, a sus más de 80 años sigue trabajando en investigación.
1.2 RACIONALIDAD PERFECTA Y RACIONALIDAD LIMITADA
La teoría clásica de la decisión racional, asume que la racionalidad del ser humano es “perfecta”. Desde ese punto de vista, los individuos maximizan las utilidades esperadas, siguiendo las ideas de Von Neumann y Morgenstern. La teoría de decisión Bayesiana, que es la adaptación de la metodología de Von Neumann y Morgenstern a los contextos de incertidumbre, también puede incluirse en la teoría clásica de racionalidad. Según ella, no existe una medida objetiva de las probabilidades acerca de los posibles estados de la naturaleza, por lo tanto, es necesaria una medida subjetiva de la probabilidad por parte de los individuos.
La teoría de la racionalidad limitada, ve el proceso de decisión desde un punto de vista muy diferente. En el proceso de toma de decisiones, incluso en problemas relativamente simples, no se puede obtener un máximo ya que es imposible verificar todas las posibles alternativas.
Las personas difieren tanto en oportunidades disponibles como en deseos (influenciados por factores de su entorno). Cuando un individuo debe decidir, influyen en él, tanto los deseos que posee como las oportunidades que él cree poseer. No es seguro que esas creencias sean correctas: es posible que el individuo no sea consciente de algunas oportunidades que en realidad le son viables o, puede creer que le son propicias ciertas oportunidades que en realidad no lo son, por lo tanto no puede garantizarse que elegirá la mejor alternativa (Elster, 1990).
Según esto, la racionalidad es limitada desde dos direcciones: desde el entorno del decisor, ya que no tiene acceso a la información perfecta, ni a la certidumbre e influyen en él factores exógenos como la cultura, las organizaciones en las que está inmerso etc., y desde el proceso mental del decisor pues este no tiene ni la estructura perfecta de preferencias, ni la capacidad completa de cálculo, y le afectan factores como la experiencia, la memoria, la percepción, las creencias y la sensibilidad personal. La Teoría de la racionalidad limitada, no asume al decisor como un ser no racional, sino un ser que trata de ser racional con lo que tiene.
Se reconoce entonces la incapacidad de la teoría racional para captar completamente el proceso de decisión que llevan a cabo los individuos en la realidad. Ante la imposibilidad de optimizar, la teoría de la racionalidad limitada busca caminos satisfactorios para el decisor. Como sabe que la realidad que el decisor percibe es una realidad parcial y simplificada, no pretende tratar el mundo real en toda su complejidad y busca soluciones que le sean satisfactorias ante “su realidad”.
Según Simon, el individuo es fundamentalmente un ser adaptativo a su entorno. El individuo sólo recoge parte de la información del entorno y tiene que desechar parte de la que le es dada por su complejidad; utiliza representaciones mentales, que tienen que ser soportados en una memoria de trabajo que tiene una capacidad no infinita. Es decir, la resolución está condicionada por la cantidad de elementos que tenga en la memoria de trabajo. Pero, las cadenas de causalidad de los hechos realmente determinantes, son breves y sencillas, por lo tanto, es posible tomar decisiones sin considerar toda la información del entorno y siguiendo una serie de reglas sencillas y manejables.
Güth y otros (1982) realizaron el siguiente experimento: dos jugadores deben repartirse una cantidad de dinero, supongamos un millón de pesos. El juego consiste en que el jugador uno hace una oferta de reparto, que puede ser aceptada o rechazada por el jugador dos. Si este último rechaza la oferta ninguno de los jugadores recibe nada. Si la acepta, se reparte la cantidad según la propuesta del primer jugador. Se supone que los jugadores no se conocían y únicamente se comunican una sola vez a través de un computador. La teoría de la racionalidad perfecta predice que si la propuesta es repartir 999999 pesos para el primer jugador y 1 peso para el segundo, este preferirá 1 peso a nada. Esta predicción está muy alejada de la realidad observada. Los resultados del experimento demostraron que, en general, cuando el primer jugador propone que el segundo jugador obtenga menos del 30% de la cantidad ofertada, este último rechaza el reparto. Estos resultados pueden responder a patrones culturales de comportamiento, como por ejemplo: "No dejes que se aprovechen de tí". Esta regla, desde el momento en que ha sido seleccionada por el individuo (por un proceso evolutivo), funciona en la mayoría de las decisiones que debe tomar el individuo en cuestión a pesar de que no es óptima respecto de todas las decisiones posibles.
Simon opina que si en un análisis económico se sustituye el concepto de Racionalidad Perfecta por el de Racionalidad Limitada, las conclusiones logradas pueden ser muy diferentes.
1.3 FACTORES COGNOSCITIVOS QUE LIMITAN LA RACIONALIDAD
La teoría de la racionalidad considera al individuo como una máquina pensante perfecta. Existen, sin embargo, limitaciones cognoscitivas que no deben obviarse, como por ejemplo, los límites en la memoria y en la percepción, elementos claves en el proceso de decisión:
El proceso de decisión debe soportarse en algún tipo de memoria. La capacidad de la mente humana para almacenar y recuperar luego de ella información es limitada. Cuando se almacena información en la memoria se hace por selección: solo se almacena una parte de la información disponible dependiendo del impacto y de los intereses actuales del individuo. En la fase de recuperación de la información memorizada, ocurren problemas de calidad de lo recuperado. En este proceso, con frecuencia, hay vacíos de información que tienden a llenarse con falsa información, pero que puede presentarse de forma coherente, pudiéndose convertir en una deformación de la información real, influyendo en ello intereses, experiencias y hasta prejuicios (Franco, 1999).
La percepción puede interpretarse como la facultad del individuo en recolectar información del medio externo y analizarla. La percepción depende de la experiencia y los conocimientos del individuo. Entre mayor sea el conocimiento previo, mayor será el desarrollo de la percepción (Franco,1999).
La experiencia y el aprendizaje previo del individuo son factores cruciales en la toma de decisiones. Estos temas se analizan más adelante.
1.4 FACTORES NO COGNOSCITIVOS QUE LIMITAN LA RACIONALIDAD
Según la teoría de la racionalidad limitada, en el proceso de decisión de un individuo influyen factores diferentes a los cognoscitivos: otros factores diferentes a cálculos, estimaciones de probabilidades, ganancias, costos etc. Si bien, este tipo de factores puede ser visto como limitaciones u obstáculos para la racionalidad, puede también ser visto como factores que simplifican la decisión, permitiendo hacer análisis más rápidos y correctos y aprender más eficientemente que con la simple experiencia: ellos limitan el espacio de decisión, permiten establecer ciertas reglas de búsqueda y de reglas de terminación de la búsqueda de entre una serie de alternativas quizá muy grande o infinita.
El no reconocer este tipo de factores ha obstaculizado los intentos de construir máquinas inteligentes y robots que imiten el proceso de decisión humana. Algunos de estos factores no cognoscitivos son la cultura, las emociones y la imitación.
La cultura se interpreta como un sistema de valores y creencias que establece una serie de normas sociales que pueden comprometer la decisión de un individuo. Las normas sociales pueden ser vistas cómo mecanismos medioambientales, rápidos y efectivos, que dispensan cálculos de costos-beneficios y a la misma decisión, pudiendo ayudar a los decisores a disminuir el problema de la búsqueda combinatorial. Los valores y creencias no tienen que ser correctos para poder ser utilizadas como herramientas: el desconocimiento científico o la religión pueden determinar una decisión en un tiempo, espacio y cultura definida. Una decisión no puede esperar a que se conozca el estado y concepto óptimo de una cosa (lo cual puede que nunca suceda).
Las emociones tales como el amor filial o el disgusto pueden dar también efectivas reglas para modelar la búsqueda. Similarmente, en especies sociales, la imitación y el aprendizaje social pueden ser vistos como mecanismos que permiten un rápido aprendizaje y obvian la necesidad de cálculos individuales de utilidades esperadas. De hecho, un mono adquiere miedo a las serpientes cuando observa que otro de su especie exhibe signos de miedo en presencia de una de ellas. Además, el ser humano tiene la ventaja adicional que puede aprender y contar sus experiencias a otros, reduciendo el proceso de aprendizaje de estos últimos.
1.5 ETAPAS DEL PROCESO DE RACIONALIDAD LIMITADA
· Identificación del problema a resolver o el objetivo meta que se persigue.
· Determinación del nivel mínimo o estándar que deberán satisfacer todas las alternativas aceptables.
· Elección de una alternativa factible que resuelva el problema planteado.
· Evaluación de la alternativa.
· Se determina si satisface los niveles mínimos que se establecieron.
· Si la alternativa no es aceptable, se busca otra y se le somete a evaluación.
· Si la alternativa es aceptable, se pone en práctica.
· Después de que se puso en acción se determina la facilidad o dificultad con que se identificaron alternativas factibles, y se utiliza esta información para elevar o reducir el nivel mínimo de aceptabilidad en problemas futuros similares.
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