lunes, 19 de diciembre de 2011

EL ARTE DE LA GUERRA


EL ARTE DE LA GUERRA
En mi opinión el arte de la guerra es una obra muy interesante ya que muestra la inteligencia, habilidad y frescura del autor Sun Tzu. En ella Sun Tzu explica al detalle los preparativos previos a la guerra: estrategias de engaño, disposición de las tropas en el campo de batalla, armamento necesario, carros de combate, etc. Cómo poder llegar a vencer al enemigo sin tener que desempeñarse al enfrentamiento cara a cara: simplemente imponiendo una moral dominante, infundiendo el miedo al enemigo para así poder vencer sin llegar a la batalla.
Algunos sugieren que las enseñanzas contenidas en “El Arte de la Guerra” pueden aplicarse fuera del ámbito militar. En tiempos recientes, el libro ha sido utilizado por empresarios como guía en programas de productividad, competitividad, etc. En su mayoría, los empresarios han encontrado maneras de resolver sus conflictos, en las estrategias y tácticas descritas por Sun Tzu.
Dentro d la obra existen muchos interrogantes en la que el autor muestra las estrategias que se debe aplicar en alguna situación parecida.
En síntesis la obra podría destacar en lo siguiente:
La capacidad de desplazar a un ejército en el acto es una forma de estar preparado contra los que son más fuertes. Una fuerza expedicionaria móvil y ligera de tropas especialmente entrenadas se utiliza para oponerse a un ataque relámpago. Los ricos no están forzosamente seguros, los pobres no están necesariamente inseguros, la mayoría no prevalece necesariamente, las minorías no fracasan forzosamente. Lo que determina quien gana y quien pierde, quien está seguro y quien en peligro es su ciencia, su estrategia. Si el número de tus adversarios es mayor, pero eres capaz de dividirlos de forma que no puedan ayudarse unos a otros, existe un modo de ganar.
 Los gobiernos inteligentes y los generales con conocimiento de la ciencia militar deben prepararse primero; después pueden lograr el éxito antes de combatir, de forma que no pierden un posible logro exitoso después de luchar. Por ello, cuando los guerreros salen con éxito y vuelven sin ser heridos, entienden el arte la guerra. Aunque un ejército enemigo tenga muchas tropas, un experto puede dividirlas, de forma que no puedan ayudarse entre sí cuando son atacadas. Si tú equipamiento no es eficaz, mientras que el enemigo está bien preparado, tu ejército será aplastado. 
Los jefes deben ser justos; si no son justos, carecerán de dignidad. Si carecen de dignidad, carecerán de carisma; si carecen de carisma, sus soldados no se enfrentaran a la muerte por ellos. Por esta razón, la justicia es la cabeza del arte la guerra. Los jefes deben ser humanos, si no son humanos, sus fuerzas no son eficaces. Si sus fuerzas no son eficaces no logran nada. Por ello, la humanidad constituye las tripas del arte la guerra. Los jefes deben tener integridad; sin integridad no tienen poder. Si no tienen poder, no pueden obtener lo mejor de sus ejércitos. Por ello, la integridad es la mano del arte la guerra.
Cualquiera que tenga forma puede ser definido, y cualquiera que pueda ser definido puede ser vencido. Cuando las personas obedecen las normas sin recompensa ni castigos, se trata de órdenes que pueden ejecutar. Cuando los de arriba son recompensados y los de abajo son castigados, más incluso si el pueblo no quiere obedecer las órdenes, se trata de órdenes que el pueblo es incapaz de ejecutar. Cuando se practica constantemente el orden para educar a las personas, estás obedecen. Cuando no se practica constantemente el orden para educar a las personas, entonces estás no obedecen. Cuando se practica el orden constantemente, ello significa que es eficaz para el conjunto. Cuando se emplea a las personas de forma coherente con su naturaleza, entonces las órdenes son ejecutadas como una corriente que fluye. No dejes que nada te seduzca, no dejes que nada te altere.
Hay que centrarse sólo en lo que es apropiado. Aunque seas sólido, mantente a la defensiva; aunque seas fuerte sé evasivo. Responder a una forma con una forma es franqueza, responder sin forma a la forma es sorpresa. Mira con los ojos de todo el mundo y no habrá nada que no puedas ver. Escucha con los oídos de todo el mundo y no habrá nada que no puedas oír. Piensa con la mente de todo el país y no habrá nada que no puedas conocer. Hay seis formas de escoger a las personas para ejercer el mando: enriquecerlos y observar si se refrenan de la mala conducta para probar su humanidad.
Ennoblecerlos y ver si se contienen de la altanería, para probar su sentido de justicia. Darles responsabilidades para ver si se contienen del comportamiento despótico, para probar su lealtad. Tentarlos para probar su confianza. Ponerlos en peligro y ver si no se asustan, para probar su valor. Abrumarlos y ver si permanecen incansables, para probar como abordan estratégicamente los problemas. La capacidad de desplazar a un ejército en el acto es una forma de estar preparado contra los que son más fuertes. Una fuerza expedicionaria móvil y ligera de tropas especialmente entrenadas se utiliza para oponerse a un ataque relámpago. Los ricos no están forzosamente seguros, los pobres no están necesariamente inseguros, la mayoría no prevalece necesariamente, las minorías no fracasan forzosamente. Lo que determina quién gana y quien pierde, quien está seguro y quien en peligro es su ciencia, su estrategia. Si el número de tus adversarios es mayor, pero eres capaz de dividirlos de forma que no puedan ayudarse unos a otros, existe un modo de ganar.
 Los gobiernos inteligentes y los generales con conocimiento de la ciencia militar deben prepararse primero; después pueden lograr el éxito antes de combatir, de forma que no pierden un posible logro exitoso después de luchar. Por ello, cuando los guerreros salen con éxito y vuelven sin ser heridos, entienden el arte la guerra. Aunque un ejército enemigo tenga muchas tropas, un experto puede dividirlas, de forma que no puedan ayudarse entre sí cuando son atacadas. Si tú equipamiento no es eficaz, mientras que el enemigo está bien preparado, tu ejército será aplastado. 
Los jefes deben ser justos; si no son justos, carecerán de dignidad. Si carecen de dignidad, carecerán de carisma; si carecen de carisma, sus soldados no se enfrentaran a la muerte por ellos. Por esta razón, la justicia es la cabeza del arte la guerra. Los jefes deben ser humanos, si no son humanos, sus fuerzas no son eficaces. Si sus fuerzas no son eficaces no logran nada. Por ello, la humanidad constituye las tripas del arte la guerra. Los jefes deben tener integridad; sin integridad no tienen poder. Si no tienen poder, no pueden obtener lo mejor de sus ejércitos. Por ello, la integridad es la mano del arte la guerra.
Como ya lo había mencionado, el libro te enseña trucos para salir victorioso en cada batalla, en la época lo usaron personas muy competitivas, sin  duda hoy en día este libro también es muy útil, está claro que no en el ámbito de la guerra pero es compatible con el mundo de los negocios, aplicando la filosofía que te indica para combatir en la guerra, para combatir a tu enemigo, y aplicarla en el mundo de los negocios, como combatir a la competencia, etc..
El libro nos habla un poco sobre que debemos ser cautos e inteligentes y tratar de llevarlo todo a tu favor y si es posible no luchar, si se puede ganar sin que hayan muertes entonces es cuando realmente se consigue una gran victoria.

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